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Si bien el tema puede no resultar muy agradable de enfrentar, es bien cierto que cuanto mayor sea la información de la que dispongamos, mayor será la capacidad para identificar nuevas oportunidades.
Las redes sociales caminan en una cuerda floja en la que la exaltación de las emociones y los valores humanos son la excusa perfecta para utilizar las plataformas como instrumentos de generación de beneficios basados en términos de dinero y poder.
¿Sabrán las redes sociales en su evolución y desarrollo y, teniendo en cuenta que las construyen personas, no pasar la delgada línea que divide la eficiencia con la especulación?
Redes sociales y negocios son hoy términos indivisibles, su vertiginosidad ha sido tal que de seguir esta tendencia, no podrá ser expresada con palabras.
Nacen como una forma para congregar personas, opiniones oportunidades en definitiva. Se constituyen en comunidades y basan sus reglamentos de convivencia en los valores humanos, mandamientos para incrementar la fidelidad, la calidad y el compromiso.
Existe una clara diferencia entre un mercado y una comunidad y; ahí precisamente radica el reto del nuevo marketing, en su capacidad para lograr que nuevos líderes guíen las emociones de las masas y de las redes tanto sociales como mediáticas.
Mientras el compromiso se mantenga y mientras se mantengan las comunidades, no será relevante la evaluación sobre los intereses espurios de sus actores, debido a que la eficiencia y la productividad siempre incrementarán la capacidad innovadora de la red, pero si no es así, el aprovechamiento de la naturaleza generadora de opinión, el exceso de liderazgo podría reformular la forma en la que nos relacionamos, estaríamos ante una nueva era en la que la vida se concentre en el aporte constante para alimentar la red.
La evolución de las redes sociales fue descrita por Foucault en su péndulo, donde una torre central domina a la sociedad.
No será necesario preocuparse de la privacidad porque todo será público, las emociones intrínsecas del ser humano se habrán desgranado y adaptado a las nuevas estrategias de marketing emocional y los líderes serán quienes determinen la evolución de las comunidades.
Pero en estas reflexiones no está el lado oculto de la Internet, de las redes sociales. No nos engañemos, los seres humanos necesitamos una guía, necesitamos un canal delimitado por el que transitar, la figura del líder que determina los designios de las comunidades, de la sociedad, es eminentemente eficiente, siempre que se revierta en la construcción de nuevas oportunidades.
El lado B se encuentra en la pérdida de perspectiva, en la pérdida del compromiso, la calidad y la honestidad como clave del éxito en los negocios y en la construcción -en definitiva- de todo el nuevo orden social.